Recuerdo aquella noche tranquila y serena
a la luz de la luna reinaba la calma,
yo casi me dormí mirando las estrellas,
cuando uno de nosotros dio la voz de alarma.
Atentos hay un perro que se está acercando,
se va a buscar el colega una buena paliza
sin que se diera cuenta estaba rodeado,
pero nada más que verlo nos entró la risa.
Estaba con el rabo entre las patas
y cagaito de miedo, tranquilo que éste no es un callejero.
Venía con las patas ensangrentadas,
no nos echó ni cuenta y con la lengua se curaba,
- ¿Tú qué estas haciendo aquí? ¡Te vas a meter en un lío!
¿Tú qué estás buscando?¿Qué se te ha perdido?
Y nos dijo: - Yo sólo recuerdo,
que del coche bajé para jugar y al momento no estaba mi dueño,
¡Estará llorando,me estará buscando!
¡¡Yo lo tengo que encontrar!!
Y le dije: Pero tu eres tonto, ¡A ver si te enteras!
que tu dueño no te está buscando, ¡Qué te abandonó!
y lo hizo el hijo de puta en la carretera,
porque para pegarte dos tiros no tuvo valor.
Aquí no puedes quedarte tienes que largarte,
espabila ya que la calle te come,
y si sales de ésta y vives para contarlo haz como los gatos
¡¡No te fíes nunca jamás de los hombres!!
Los Gatos Callejeros